Jaime Bobadilla

La Reforma Tributaria Olvidada: ¿Dónde Está la “República de Ideas” de Luis Abinader?

El gobierno de Luis Abinader ha optado por un enfoque opuesto: aumentar el gasto público y recurrir a préstamos masivos aprobados con celeridad en el Congreso


La clase trabajadora dominicana, agotada por el peso de una economía que prioriza el endeudamiento y el gasto público desmedido, clama por alivio. En medio de este escenario, el proyecto de ley presentado por el senador Félix Bautista para modificar el Artículo 296 del Código Tributario, que propone aumentar la exención del Impuesto sobre la Renta (ISR) para las personas físicas y ajustarla anualmente por inflación, brilla como una propuesta sensata y necesaria. Sin embargo, como tantas otras iniciativas que beneficiarían al pueblo, este proyecto languidece en el Congreso Nacional, mientras el gobierno de Luis Abinader impulsa préstamos al vapor y políticas fiscales que asfixian a los dominicanos. ¿Dónde está la “República de Ideas” que el presidente prometió, si las propuestas que aliviarían a la clase trabajadora son ignoradas?

Análisis del Proyecto de Ley

El proyecto de ley, sometido para modificar el Artículo 296 del Código Tributario (Ley No. 11-92), busca establecer una escala progresiva para el ISR de personas físicas, con un tramo exento hasta RD$624,329 anuales (aproximadamente RD$52,027 mensuales) y tasas del 15%, 20%, y 25% para ingresos superiores, ajustadas anualmente por inflación según datos del Banco Central. Esta medida, que entraría en vigencia en 2025, permitiría a los trabajadores de ingresos bajos y medios retener más de su salario, aumentando su capacidad de consumo e inversión. El considerando del proyecto destaca que no indexar los salarios reduce el poder adquisitivo, un problema que afecta especialmente a los sectores más vulnerables.

Este proyecto se alinea con recomendaciones de economistas como Pável Isa Contreras, quien ha señalado que ajustar los tramos del ISR por inflación es crucial para proteger el poder adquisitivo de los trabajadores. En un artículo publicado en El Caribe (7 de octubre de 2024), Isa Contreras argumentó que modernizar el sistema tributario, incluyendo ajustes al ISR, es esencial para financiar servicios públicos sin castigar a los más pobres. Asimismo, Emilio Fernández-Corugedo y Pamela Madrid, del FMI, han sugerido que reducir exenciones ineficientes y ajustar los tramos del ISR puede aumentar los ingresos fiscales sin perjudicar a los sectores de menores ingresos.

El Silencio del Congreso y la Clase Política

A pesar de su potencial para aliviar la carga fiscal de la clase trabajadora, este proyecto no ha recibido la atención que merece. Mientras el Congreso aprobó con rapidez el Código Penal con un consenso histórico (159 votos a favor en la Cámara de Diputados y 26 en el Senado), propuestas como la de Bautista, que beneficiarían directamente a los dominicanos, quedan relegadas. ¿Por qué la clase política dominicana, que se jacta de representar al pueblo, ignora iniciativas que promueven equidad? La respuesta parece estar en una combinación de intereses elitistas y falta de voluntad para desafiar el statu quo. Proyectos que favorecen a las mayorías, como este, chocan con los intereses de quienes prefieren mantener un sistema tributario que beneficia a las grandes empresas y a los sectores privilegiados.

La Contradicción de la Política Fiscal de Abinader

El gobierno de Luis Abinader ha optado por un enfoque opuesto: aumentar el gasto público y recurrir a préstamos masivos aprobados con celeridad en el Congreso. El Presupuesto General del Estado para 2025, depositado el 30 de septiembre de 2024, contempla gastos por RD$1,484,234.6 millones, con un déficit fiscal de RD$242,869.9 millones (3% del PIB). Gran parte de este déficit se financia con deuda, lo que perpetúa una dinámica de endeudamiento insostenible. El ministro de Hacienda, Jochi Vicente, ha defendido estas medidas como necesarias para financiar infraestructura y servicios sociales, pero ¿a qué costo? La carga recae sobre los contribuyentes, especialmente la clase trabajadora, que enfrenta un aumento en el costo de la canasta básica.

Mientras el gobierno propone una Ley de Modernización Fiscal que incluye un aumento del ITBIS (rebautizado como IVA) al 18% y elimina exenciones en sectores como el turismo y el cine, la canasta básica sigue encareciéndose. Productos esenciales como el arroz, el pollo y la yuca, aunque exentos de IVA, no escapan a los efectos inflacionarios de un sistema fiscal que prioriza la recaudación sobre el bienestar. En contraste, el proyecto de Bautista ofrecería un alivio directo al aumentar el tramo exento del ISR, permitiendo a los trabajadores retener más ingresos para enfrentar estos costos.

La Clase Trabajadora al Límite

La clase trabajadora dominicana no puede soportar más impuestos. Con una presión tributaria que apenas alcanza el 14% del PIB, una de las más bajas de la región, el problema no es la falta de impuestos, sino su distribución inequitativa. Los dominicanos necesitan una reducción de la carga fiscal, aumentos salariales en todos los sectores y una drástica reducción del gasto público, especialmente en los subsidios indiscriminados que caracterizan la política de Abinader. Programas como Supérate, aunque bien intencionados, consumen recursos que podrían destinarse a mejorar la infraestructura o la educación, áreas que realmente transformarían la calidad de vida.

La “República de Ideas” que No Escucha al Pueblo

Abinader prometió una “República de Ideas”, pero ¿Dónde están las ideas que favorecen al pueblo? La propuesta de Félix Bautista, respaldada por economistas y alineada con la necesidad de proteger el poder adquisitivo, es un ejemplo de lo que el país necesita. Sin embargo, el gobierno parece más interesado en mantener un sistema que privilegia el endeudamiento y el gasto público descontrolado. La Ley de Responsabilidad Fiscal (35-24), aunque un paso positivo, no basta si no se acompaña de medidas que prioricen a los trabajadores sobre los intereses de las élites.

La actitud del gobierno de Abinader refleja una desconexión con las necesidades del pueblo. Mientras los préstamos se aprueban sin debate profundo, propuestas como la de Bautista, que podrían transformar la vida de millones, son ignoradas. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿está el presidente gobernando para todos los dominicanos o solo para un sector privilegiado? La clase política, históricamente indiferente a las necesidades de las mayorías, debe responder por su inacción. Si la “República de Ideas” significa algo, es hora de que el Congreso escuche al pueblo y apruebe medidas como esta, que devuelven esperanza a una clase trabajadora agotada por promesas vacías.

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