Deuda histórica de Haití con Francia
En 1825, Haití, apenas dos décadas después de convertirse en la primera nación libre del Caribe, se vio acorralada. Francia envió barcos de guerra y exigió una fortuna como compensación por las tierras y esclavos que los colonos franceses perdieron. Esa cantidad era imposible de pagar para un país joven, así que Haití tuvo que pedir préstamos a bancos franceses con intereses altísimos. Esto creó una "doble deuda" que, según estudios, le costó a Haití entre 21,000 y 115,000 millones de dólares en desarrollo económico durante casi dos siglos. En palabras criollas, fue como si le pusieran una soga al cuello a una nación que apenas estaba aprendiendo a caminar.
Haití pide reparaciones a Francia
El presidente interino de Haití, Leslie Voltaire, ha dicho que Macron habló con él sobre una posible "restitución", aunque sin mencionar cifras. La idea es que Francia reconozca el daño causado y tal vez ofrezca una disculpa oficial o apoyo para el desarrollo de Haití. Pero no todos están optimistas. Algunos expertos creen que Francia, como otras ex potencias coloniales, evitará abrir la puerta a reparaciones para no crear un precedente con otras excolonias. Mientras tanto, en Haití, la deuda sigue siendo una herida abierta, un recordatorio de cómo el colonialismo no terminó con la independencia, sino que se transformó en cadenas económicas.
Esta historia no es solo de Haití. Aquí en Quisqueya, compartimos una isla y un pasado lleno de tensiones. La deuda haitiana no solo afectó a nuestros vecinos, sino que también marcó nuestra relación con ellos. Durante los 22 años de ocupación haitiana (1822-1844), la República Dominicana sufrió imposiciones económicas y culturales que dejaron huellas profundas. Algunos historiadores dominicanos argumentan que esta ocupación retrasó nuestro desarrollo y generó costos que nunca se han reconocido.
¿Y si hablamos de reparaciones dominicanas?
La comisión de historiadores que Francia propone es un paso hacia reconocer las injusticias del pasado, pero también abre una conversación más amplia. Si Haití merece reparaciones por la deuda impuesta por Francia, ¿no debería la República Dominicana plantear una discusión sobre los daños de la ocupación haitiana? Esos 22 años no fueron un paseo por el Malecón; hubo exacciones, control político y un impacto que aún resuena en nuestra identidad nacional. No se trata de echarle gasolina al fuego entre hermanos de isla, sino de buscar justicia histórica. Una comisión binacional, con historiadores de ambos lados, podría ser el camino para sanar heridas y construir un futuro donde nadie cargue con deudas eternas. ¿Estamos listos para ese debate?
0 Comentarios
Déjanos aquí tus comentarios.