Jaime Bobadilla

España Desenmascara una Trama de Desvío de Fondos de 74 Millones de Euros con Conexiones en República Dominicana y Otros Países


La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil de España ha destapado una red de corrupción que involucra el desvío de 74 millones de euros, con tentáculos que se extienden desde la Península Ibérica hasta países como República Dominicana, Colombia, Portugal y otros. Esta investigación, que ha puesto en el ojo del huracán a varios altos funcionarios y empresas, revela una compleja estructura de malversación y blanqueo de capitales que podría tener implicaciones políticas y económicas significativas.


La operación, bautizada internamente como "Operación Sismógrafo", ha revelado cómo una red de empresas fantasma y testaferros han sido utilizadas para desviar fondos públicos hacia cuentas en diferentes jurisdicciones, incluyendo República Dominicana. Según informes de medios locales como Listín Diario, la trama ha logrado mover estos fondos a través de una serie de operaciones financieras que han convertido el dinero en bienes inmuebles, inversiones y otros activos en el país caribeño.



Falta de respuesta por parte del gobierno de Luis Abinader


Uno de los aspectos más preocupantes de esta investigación es la aparente falta de respuesta por parte del gobierno dominicano liderado por el presidente Luis Abinader. Hasta la fecha, no ha habido declaraciones oficiales ni acciones visibles desde el Palacio Nacional que indiquen una cooperación o al menos un reconocimiento de la gravedad del asunto. Este silencio ha levantado sospechas sobre hasta qué punto las autoridades dominicanas están dispuestas a colaborar con las investigaciones españolas, o si acaso hay intereses más profundos en juego.


El portal Diario Libre reporta que la UCO ha rastreado varias transacciones financieras que implican a ciudadanos y empresas dominicanas. La pregunta que se repite en los círculos de análisis es: ¿por qué el gobierno de Abinader no ha tomado una postura clara? La omisión de información podría sugerir una complicidad o, en el mejor de los casos, una negligencia en la supervisión de las actividades financieras internacionales que afectan directamente a su país.



Fondos desviados habrían sido blanqueados en sectores como la construcción y el turismo en RD


La investigación ha desvelado que parte de los fondos desviados habrían sido blanqueados a través de inversiones en sectores como la construcción y el turismo en República Dominicana. Los agentes de la UCO, según La Razón, han rastreado cuentas bancarias en Santo Domingo y Miami, donde se sospecha que los miembros de la trama poseen activos significativos. Las indagaciones apuntan a que estas cuentas podrían ser la punta del iceberg de una red más vasta de lavado de dinero.


La operación ha incluido registros en oficinas y residencias de presuntos implicados en República Dominicana, acciones que se han llevado a cabo en colaboración con las autoridades locales, aunque con una reticencia notoria. Este proceder ha llevado a especulaciones sobre la influencia que podrían tener ciertos individuos o grupos dentro del gobierno dominicano, que estarían protegiendo a los involucrados.


La falta de transparencia desde el gobierno de Abinader no solo opaca la relación bilateral con España, sino que también pone en duda la integridad de las instituciones financieras y regulatorias en República Dominicana. Las preguntas se acumulan: ¿Quiénes son los beneficiarios reales de estas inversiones en el país? ¿Hasta dónde llega la corrupción en ambos lados del Atlántico? La respuesta a estas interrogantes podría cambiar el panorama político y económico de la región.



Desde Madrid, la UCO ha manifestado su intención de profundizar en estas conexiones internacionales, con la esperanza de desmantelar completamente la red y recuperar los fondos desviados. Sin embargo, el éxito de esta operación dependerá en gran medida de la cooperación internacional, específicamente de las autoridades dominicanas, quienes hasta ahora han mostrado una pasividad inquietante.


Preocupación y descontento ante esta situación


La sociedad dominicana, por su parte, ha comenzado a manifestar su preocupación y descontento ante esta situación. Los ciudadanos piden cuentas, y no solo en términos de dinero, sino también de responsabilidad política. La integridad del gobierno de Abinader está en entredicho, y la manera en que maneje esta crisis podría determinar su legado y la confianza del pueblo en sus instituciones.


En conclusión, la investigación de la UCO sobre la trama de desvío de 74 millones de euros no solo es un espejo de la corrupción transnacional, sino también un desafío para la transparencia y la cooperación entre naciones. El silencio del gobierno de Luis Abinader en República Dominicana no solo es ensordecedor, sino que también puede ser interpretado como una señal de complicidad o ineficacia, que podría tener consecuencias duraderas en la arena política y económica de la región. La verdad, como siempre, debe salir a la luz, y con ella, las responsabilidades correspondientes. 

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