Como dominicano siento una terrible amargura y desilusión, luego de leer el documento antipatriótico que el presidente Luis Abinader llamó: Pacto Nacional ante la crisis de Haití.
Nadie nunca había trabajado tan duro por un país vecino. Ningún otro presidente de la historia dominicana había salido a los foros internacionales durante 4 años, para hablar solamente del país vecino, como si el suyo tuviera todas las necesidades cubiertas.
Pero, lo que más me ha indignado, ha sido la mención de los padres de la Patria y de todos los Próceres dominicanos, dentro del preámbulo de ese documento, cómo si Duarte, Sanchez, Mella y Luperón, pensaran de esa manera del país que nos independizamos.
A Continuación les pongo el punto 6 del preámbulo, donde se mencionan a los padres de la Patria y los próceres, para justificar todo lo que se nos quitará para beneficiar a la república de Haití:
“RECONOCEMOS: Que la República Dominicana, como parte del legado de sus Padres de la Patria y demás próceres de la nación, mantiene un espíritu solidario con todas las naciones amigas, incluyendo nuestro vecino más cercano, la República de Haití. Estamos conscientes de que es de nuestro mayor interés estratégico contar con un país limítrofe, seguro, estable y próspero. En este contexto, la actuación dominicana seguirá pautada según los mandatos de su Constitución y de su ordenamiento jurídico en general, que incluye, además, los tratados internacionales de los cuales somos signatarios”.
Es decir, que con la Bendición de los padres de la patria y los próceres, les haremos 3 hospitales a los haitianos, otros negocios no específicos, y un millón de beneficios más, aparte de tener en este país a 4 millones de indocumentados, de permitir que en el país, den a luz 4 haitianas de cada 10 partos, de permitir que ese país, viole y enfrente a RD al tomar el agua del río masacre ilegalmente y que nos denuncien como racistas en los foros internacionales. Y la lista sigue.
Si permitimos todo esto, perderemos la nación. Haití por su parte, debe estar orgulloso y besar el suelo por donde Abinader pisa, ya que, nunca tuvieron un presidente mejor que Luis Abinader.
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